La diabetes felina, conocida como diabetes mellitus, se ha convertido en una condición cada vez más común en los gatos. A menudo ocurre en gatos con sobrepeso así como mayores. Al igual que en los humanos, los gatos tienen un páncreas que debería producir insulina para regular la glucosa en sus cuerpos a partir de su dieta. La diabetes ocurre cuando el cuerpo de un gato no puede equilibrarla adecuadamente en el torrente sanguíneo.
Al igual que el cuerpo humano, las células del cuerpo de un gato necesitan azúcar en forma de glucosa para obtener energía. Sin embargo, la glucosa en la sangre requiere insulina, una hormona producida por el páncreas, para "abrir" la puerta a las células. La insulina se adhiere a las células y señala cuándo es el momento adecuado para absorber la glucosa. Al absorber la glucosa, las células en los depósitos de grasa, el hígado y los músculos obtienen combustible vital mientras reducen los niveles de glucosa en la sangre.
En la diabetes tipo I, las concentraciones de glucosa son altas debido a una disminución en la producción de insulina. En el caso de la diabetes tipo II, los niveles de glucosa son altos porque las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina. Los gatos con diabetes más comúnmente sufren de la forma Tipo II de la enfermedad. Se cree que entre 0.2 y 1 por ciento de los gatos en la población general sufren de diabetes.
Un Trabajo en equipo:
Si tu veterinario le diagnostica diabetes a tu gato, tendrán que trabajar juntos para crear un plan para controlar esta enfermedad. Eres una parte importante en la creación de un plan de tratamiento para tu gato. Cuando la diabetes no se trata, puede generar un aumento de los signos y síntomas que pueden progresar y provocar dolor, daño a los nervios, debilidad muscular, otras enfermedades, o incluso la muerte.
Signos Comunes:
- Pérdida de peso
- Beber más agua de lo normal
- Beber de lugares inusuales
- Aumento del apetito
- Caminar sobre los talones en lugar de los dedos de los pies (conocido como "postura plantígrado"): Esto en casos raros de diabetes no controlada, los gatos pueden experimentar daño a los nervios en las extremidades posteriores
- Letargo o disminución de la actividad.
- Micción más frecuente o micción fuera de la caja de arena
Gato Plantigrado
Diagnóstico:
Se diagnostica analizando las concentraciones de glucosa en la sangre y la orina junto con revisión de historia clínica y signos sin embargo los análisis de glicemia para diagnosticar diabetes no siempre son verídicos, ya que los gatos sanos bajo estrés a menudo tienen altas concentraciones de glucosa en su sangre (llamada hiperglucemia por estrés). Por esta razón, algunos gatos que no tienen diabetes pueden tener concentraciones de glucosa en sangre elevadas temporalmente cuando son revisados en la clínica veterinaria. Los Médicos Veterinarios a veces evitan esta trampa midiendo la concentración de una molécula llamada fructosamina en la sangre.
Tratamiento:
Los objetivos principales del tratamiento son:
- Restauración de la concentración normal de glucosa en sangre (control glucémico)
- Minimizar o eliminar los signos de pérdida de peso.
- Minimizar o eliminar los signos de aumento de sed y micción
- Normalizando el apetito
- Evitar inducir niveles de glucosa en sangre inadecuadamente bajos con terapia
Una parte importante del plan de tratamiento es monitorear la respuesta de tu gato a la insulina y hacer los ajustes necesarios con ayuda y revision de tu veterinario.
Muchos gatos diabéticos pueden vivir vidas felices y normales. Para ayudar a tu gato a vivir una vida larga y tranquila procura:
- Mantener los chequeos recomendados
- Trabajar para mantener estable el nivel de azúcar en la sangre.
- Esforzarse por mantener un peso corporal saludable.
- Controlar y manejar la dieta adecuada
- Manejar otras enfermedades.
- Seguir las indicaciones y recomendaciones de tu veterinario
Eres una parte clave del plan de tratamiento de la diabetes de tu gato. Recuerda ser abierto y honesto con tú veterinario acerca de tu capacidad para controlar y proporcionar la terapia con insulina. Cada gato es diferente y tu veterinario trabajará contigo en un plan de atención médica individualizado y especial para tu gato.
Pronóstico:
Si bien no existe una cura para la diabetes felina, esta enfermedad generalmente se puede manejar muy bien con la educación adecuada y el apoyo de los propietarios. Los gatos con diabetes bien controlada pueden vivir muchos años de vida de alta calidad y algunos pueden perder su necesidad de tratamientos con insulina (lo que se denomina "remisión"), pero incluso en estos casos se recomienda que los propietarios sigan controlando la recurrencia de los signos clínicos de diabetes y mantengan al gato con una dieta baja en carbohidratos.
Referencias:
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