El asma felino es una patología bronquial crónica de alta incidencia, con características fisiopatológicas similares al asma alérgico de las personas, que se caracteriza por una respuesta inmune frente a alérgenos e irritantes ambientales. El signo clínico característico es la tos, y pueden presentarse eventuales episodios de dificultad respiratoria.
Fig 1: Bronquiolo Normal Vs Bronquiolo Gato con Asma
Cuando un gato susceptible inhala por primera vez un alergeno, su sistema crea anticuerpos específicos para atacar ese antígeno. Cuando el gato se expone nuevamente a ese antígeno, estos anticuerpos reconocen el alergeno y comienzan una serie de eventos que llevan muchos tipos diferentes de células inmunes a las vías respiratorias. Estas células inmunes desencadenan la producción de sustancias que promueven la inflamación, una condición que produce irritación, hinchazón y constricción de las vías respiratorias. Como resultado, el diámetro de las vías respiratorias puede disminuir y la mucosidad puede acumularse dentro de los conductos ( Fig 1 ). Todos estos procesos limitan la capacidad del aire para moverse a través de las vías respiratorias y hacen que el gato experimente dificultades para respirar. Ciertas particularidades del árbol bronquial
felino serían responsables del desarrollo del
asma en esta especie.
Signos Clínicos:
La edad promedio de los gatos diagnosticados con asma es entre 4 y 5 años. No parece que un sexo sea más susceptible al asma, y aunque algunos estudios sugieren que los gatos siameses pueden estar predispuestos al asma, esto no se ha demostrado definitivamente.
Los gatos que sufren de asma pueden mostrar signos de dificultad para respirar, respiración rápida, tos, respiración con la boca abierta o vómitos . La intensidad de estos signos puede variar, desde crisis respiratorias agudas hasta tos crónica de bajo grado, frecuencia respiratoria elevada o aumento del esfuerzo respiratorio. Estos signos pueden ocurrir espontáneamente o pueden obtenerse presionando ligeramente el área de la garganta del gato. Durante un ataque de asma, muchos gatos encorvan su cuerpo cerca del suelo y extienden sus cuellos hacia adelante en una postura característica
Fig 2: Postura agachada característica en gatos que pueden padecer de asma.
El signo clínico principal es la tos crónica, que en los felinos se presenta generalmente de forma discreta aunque en los asmáticos es típicamente más sonora, notoria y puede ser confundida por el propietario con arcadas, ronquidos, estornudos o disnea. Algunos pacientes no tosen, pero presentan historial de repentinos episodios de dificultad respiratoria, que usualmente revierten rápidamente con el tratamiento basado en esteroides, oxígeno y broncodilatadores. Otros pacientes manifiestan ambos cuadros. También pueden presentarse arcadas y vómitos luego de los accesos de tos.
Diagnostico:
No existe una prueba única y específica que pueda diagnosticar definitivamente el asma felina. Los veterinarios confían en la recopilación de información y las pruebas para llegar a un diagnóstico. Si un veterinario sospecha que tu gato puede tener asma, tendrá en cuenta el historial de salud del gato, así como los resultados de los estudios de imágenes, la evaluación microscópica de las células en las secreciones de las vías respiratorias del gato (citología) y, en algunos casos, la sangre y pruebas de alergia.
Cuando se trata de diagnosticar asma felina, una imagen vale más que mil palabras, por lo que los veterinarios emplean radiografías, tomografía computarizada y broncoscopia para ver dentro de los pulmones de un gato y evaluar su condición. En los gatos con asma, las radiografías a menudo, pero no siempre, revelan un patrón de ramificación brillante característico a lo largo de las vías respiratorias.
Tratamiento:
Para tratar el asma felina, los veterinarios generalmente recetarán corticosteroides con o sin broncodilatadores. Ambos tipos de drogas vienen en forma oral, inhalada e inyectable.
El tratamiento de apoyo debe ser indicado
a todos los pacientes. Consiste en una serie de
medidas adicionales coadyuvantes al tratamiento
farmacológico:
Es importante evitar los irritantes
ambientales como humo, tabaco, polvo,
aerosoles, sahumerios, velas aromáticas; poner
filtros en los aires acondicionados; tener especial
cuidado con el material de las bandejas sanitarias;
ventilar los ambientes; pasar la aspiradora con
frecuencia, evitar levantar polvo al limpiar los
hogares y los cambios bruscos de temperatura.
Es fundamental el control de peso o
su reducción en aquellos pacientes que así
lo requieran, ya que los depósitos de grasa
intrabdominales e intratorácicos constituyen
de por sí un obstáculo para la respiración
normal.
De ser necesario, puede promoverse la
humidificación de las secreciones a través de
nebulizaciones, durante 10 a 30 minutos dos
a tres veces por día.
Todavía no se ha demostrado de manera concluyente que otros medicamentos y tratamientos para el asma felina funcionen. Las terapias experimentales, incluida la desensibilización a alérgenos específicos (como las vacunas contra la alergia en las personas), el uso de ácidos grasos omega-3 y los medicamentos destinados a interrumpir a la inflamación son prometedores para el tratamiento del asma felino, pero se necesita más investigación para demostrar su seguridad y eficacia. A veces se recomiendan otros enfoques porque son beneficiosos en pacientes con asma humana, incluida la purificación del aire interior y evitar los alérgenos, pero no se han probado ni demostrado que funcionen en pacientes con asma felina.
Pronostico:
En general, si el diagnóstico es temprano
y responde favorablemente a la medicación,
el pronóstico es bueno. En los gatos muchas
veces los signos clínicos pasan desapercibidos al
propietario, quien demora la consulta, o incluso
los signos son subestimados por el propietario o
por el clínico, llegándose a un diagnóstico tardío
donde pueden encontrarse cambios crónicos e
irreversibles en el tejido pulmonar. Además, también hay casos donde
evoluciones cortas en el tiempo cursan con
cambios importantes, y no hay
forma aún de predecir esta mayor susceptibilidad
individual a los cambios degenerativos. En estos
últimos casos el pronóstico varía de reservado
a grave.
Aunque los gatos nunca se pueden "curar" realmente del asma, al monitorear cuidadosamente su esfuerzo respiratorio, vigilar la tos e intervenir con medicamentos cuando necesitan ayuda, los propietarios pueden ayudar a sus gatos asmáticos a vivir felices durante años.
Referencias:
Corcoran, BM; Foster, DJ; Fuentes, VL.. Feline
asthma syndrome: a retrospective study of the clinical
presentation in 29 cats. J Small Anim Pract 1995;
36:481-488.
Derendorf, H; Nave, R; Drollman, A; et al. Relevance
of pharmacokinetics and pharmacodynamics of inhaled
corticosteroids to asthma. Eur Respir J 2006; 28: 1042-
1050.
Dye, JA.. Feline bronchopulmonary disease. Vet Clin
North Am Small Anim Pract 1992; 22:1187-1201.
Hirt, RA. Feline asthma: a reviuw and new insights.
Eur J Comp Anim Pract 2005; 15:141-151.
Padrid, P. Feline asthma. Diagnosis and treatment. Vet
Clin North Am Small Anim Pract 2000; 30:1279-1293.
No hay comentarios:
Publicar un comentario