Bueno les voy a compartir la historia de nuestros dos primeros gathijos, todo empieza cuando tomamos la decisión con mi novio de vivir juntos, primero pensamos en tomar en arriendo un apartamento, pero luego cuando en nuestros planes entraron los hijos peluditos decidimos hacer el esfuerzo de comprar para que nadie se metiera con nuestros bebés con cosas como “no arrendamos con mascotas” “por favor que los gatos no dañen nada”, en fin todos los comentarios que escuchamos a diario de parte de la gente que no creen que ellos son parte de nuestra familia.
En marzo del año 2018 nos entregan el apartamento, pero dijimos que mientras nos adaptábamos a los gastos de lo que conlleva un hogar íbamos comprando las cositas para un bebé, inicialmente era solo un gatito jejeje, le compramos la camita, el comedero y bebedero y asi pasaron más o menos tres meses, yo le decía a Alejo que si ya podíamos adoptar al bebé y él me respondía que esperáramos otro poquito, bueno, aquí les confesare algo y es que yo vivía en una casa de familia aquí en Bogotá con una señora que se convirtió en mi mamá y que todos los días que llegaba a casa estaba ella para preguntarme como me había ido?, como estaba? en fin…, ya en nuestra casita con Alejo esto cambio porque él sale muy tarde de su trabajo y llegaba en la noche y yo llegaba muy temprano tipo 5 de la tarde, llegaba a un apartamento sólita jejeje ; entonces una noche de finales de julio hice pataleta y dije que quería mi gatito para que cuando yo llegara él me recibiera y nos acompañáramos mientras el papá llegaba a casa y que creen la pataleta funciono jejejeje y no solo lo convencí de uno, le dije que dos serian mejor porque se harían compañía mientras estábamos fuera de casa y Alejo acepto, esa misma noche le escribí a una amiga que rescata gatitos y los da en adopción, le dije que queríamos dos gatitos preferiblemente niño y niña y no importaba el color.
A los dos días llego el mejor mensaje de la vida, ya nos esperaban dos bebés. Le conté a Alejo que debíamos ir a recoger a nuestros hijos esa noche, fue una cita a ciegas, no sabíamos nada de ellos, tampoco pedimos fotos, queríamos que todo fuera sorpresa y enamorarnos cuando tuviéramos esa bolita de pelos con nosotros, además no les había contado algo, Alejo no había tenido contacto nunca con la vida felina (yo si tuve gatitos en mi infancia), talvez por eso la para aceptar que llegaran.
Esa noche llegamos con los bebés a los que bautizamos como Blue y Abril (nos dijeron que tenían dos mesecitos, eran unas góticas), el nombre del niño lo puso Alejo y es porque la primera peli que vimos juntos fue la de Rio donde el guacamayo protagonista se llama así, el de la niña lo puse yo porque es uno de los nombres que me hubiera gustado para mi jejeje, siguiendo con la historia les cuento que esa noche llegamos, les alistamos su camita con cobijita, su arenero (mientras le poníamos la arena Blue nos hizo la bienvenida jeje se hizo popo sobre la sala), los limpiamos con pañitos porque venían llenitos de pulgas los pobres chinitos ☹ organizamos todo y ya era hora de descansar, los llevamos a nuestra habitación y los dejamos al ladito de nuestra cama y listo!!! a dormir!!!, pero a los quince minutos escuchamos una uñitas escalando el edredón para subir a nuestra cama, ahhhh lo pueden creer? esas gotas subiendo a nuestra cama, los tomamos de nuevo y los pusimos en su camita pero a los cinco minutos de nuevo estaban escalando jejeje, así que no tuvimos el corazón de dejarlos en su cama, desde ese día duermen en nuestra cama, aunque a veces pensamos que es la cama de ellos y nos prestan un pedacito a nosotros (los papás de gatitos nos entenderán), pues bueno así empezó esta travesía con este par de loquitos, a los tres días los llevamos al veterinario para desparasitar e iniciar esquema de vacunación, y así se fue dando el proceso de adaptación y reconocimiento de gatonalidades de nuestros hijos, no sé si han escuchado eso de que las macotas se parecen a sus dueños pues les cuento que si, al pasar de los días fuimos viendo como Blue se parecía más y más a la mamá, con temperamento fuerte, hablador, griton, voluntarioso, brusco para jugar jejeje y Abril se iba pareciendo al papá, noble, tierna, tranquila, amorosa, desbordada de cariño y amor todo el tiempo (hasta los mordiscos de ella son tiernos, para que tengan una idea)
Luego de todo este proceso hermoso vino un momento donde uno se da cuenta de cuán grande es el amor por estos chinitos y de verdad como se sufre por ellos, ese momento fue cuando llego el día de la esterilización, inicialmente solo seria para Abril porque a Blue ni se le asomaban sus bolitas, pero el día de sus citas pre quirúrgicas bummmm Blue ya se estába volviendo un niño grande y ya se notaban sus bolitas y la dra aprobó su cirugía, nos parecía mejor para el tema de los cuidados ya que habíamos decidido que yo pediría unos días en mi trabajo para cuidarlos en su recuperación, entrando en detalles todo este día fue de mucho estrés y angustia, primero por no dejarlos comer ni beber nada y ellos llorando, luego lo más terrible fue dejarlos en la clínica solitos, literal yo sentí que estaba dejando mi corazón ahí con ellos, me fui llorando y pidiendo que se pasara rápido el tiempo para poder recogerlos de nuevo y cuidarlos, fueron como 7 horas de angustia, que para nosotros eran como una eternidad, llamábamos todo el tiempo a la clínica (que pena somos unos padres intensos) hasta que por fin pudimos hablar con la dra y nos dijo que todo había salido bien pero que hasta que no estuvieran totalmente despiertos no los dejaría salir de la clínica, esa espera fue muy larga para nosotros, ya cuando los pudimos ver y abrazar y darles besitos mi corazón volvió a mi cuerpo jejeje, en casa estaba todo listo, les preparamos el caldito de pollo y esa noche fue largaaaaaa, cada uno se responsabilizó de un bebé para que no hicieran locuras, bajamos el gimnasio, bajamos colchones de camas para que no tuvieran que esforzarse saltando para subirse pero ellos estaban como loquitos con toda la energía del mundo y no durmieron ni un segundo (supongo también por la anestesia) y por supuesto nosotros tampoco porque estábamos detrás de ellos cuidándolos y a las 8:00 am del otro día mágicamente se les acabo la pila y a dormir se dijo jejeje dormimos todo el día los cuatro. Toda su recuperación termino muy bien, son unos niños muy fuertes, en todos sus controles los encontraron muy bien, sus heridas cicatrizaron muy bien, pero les cuento que ese día fue uno de los más angustiantes que pudimos tener, pero gracias a Dios todo salió perfecto.
Así es como estos gathijos llevan alegrando nuestras vidas desde hace varios meses y se han convertido en nuestros más preciados tesoros que queremos proteger de todo, son unos terremoticos que nos llenan de orgullo con cada cosa que hacen, imagínense que los abuelos maternos de estos niños viven en un municipio de la sabana de Bogotá y cada quince días viajaban con nosotros a visitarlos, al principio nos íbamos en flota (bus) y estos jovencitos eran la sensación jeje, todos tenían que ver con ellos, les abríamos el transportin para que comieran premios y todos los pasajeros tenían que ver con estos gatitos tan juiciosos y amorosos y ellos felices chismeando por la ventana al principio del viaje y luego a dormir hasta la llegada al destino, allí ellos tienen una hermanita perruna con la cual hicimos un proceso de adaptación que logramos con amor y paciencia hasta el punto en que juegan y duermen juntos cuando se ven (otro de los mitos de que gatos y perros son enemigos).
Ahora en temas de salud hemos tenido dos sustos con esto niños, un día llegamos y Blue estaba cojito de una mano, lo llevamos al médico y afortunadamente no era nada de sus huesitos, al parecer jugando con sus hermanitas (son 3 hermanas, pero luego les cuento la historia de las otras dos jejeje) cayó mal, se golpeó y tuvo un trauma de tejidos blandos, le hicimos todo tal cual nos indicó la doctora, y aquí va la parte chistosa, la dra nos dijo que mientras disminuía la inflamación cuidáramos que no saltara desde lugares altos, hágame el favor con don loquito jejeje, el caso es que nos volvimos sus enfermeros de cabecera y el papá lo cargaba de la sala a la cama, al cuarto de juegos a todo lado y este señor se volvió más consentido de lo que estaba y un día estábamos buscando algo en la habitación y nos escondimos en una esquina y vimos como caminaba normal sin su cojera ahhhhh!!! y cuando el jovencito se dio cuenta que lo estábamos viendo empezó de nuevo a caminar cojo, pueden creer el descaro de don Blue, solo nos pudimos agarrar la panza de la risa que nos dio y agarrarlo a picos a don manipulador, luego de unos días ya estaba totalmente recuperado y más consentido por sus papás y hermanas. Ahora el susto con Abril, llegamos una noche y estaba con un ojito inflamado, le revisamos y pues de nuevo muertos del susto, no sabíamos si había sido un rasguño o un golpe, conclusión era la media noche y yo soy más intensa en estos temas que el papá, entonces Alejo me vio tan angustiada que nos fuimos a urgencias, cuando llegamos y le contamos lo que había pasado al veterinario él me sonrió y dijo: “antes de cobrarle la consulta de esta hora voy a revisarla para ver si amerita la urgencia” (Alejo me abrió los ojos diciéndome con su mirada “eres una exagerada”) , la buena noticia es que no era nada grave y podíamos esperar a que amaneciera para que la viera su doctora de siempre, ya se imaginaran en el camino de vuelta a casa jejeje, todo lo que me dijo Alejo, que yo me preocupaba más de lo normal, que era exagerada, en finnn, solo le dije que seguiré haciéndolo, prefiero pecar de exagerada y no de fresca y que les pase algo malo a mis hijitos, finalmente lo de Abril fue un trauma de tejidos blandos, también la cuidamos tal cual las indicaciones de la doctora y a la semana ya estaba recuperada.
Es así como con cada situación y cada momento compartido con nuestros tesoritos tenemos un sin fin de aprendizajes en el día a día, son unos hijos que siempre fueron deseados y se convirtieron en una parte muy importante para toda la familia, todos los respetan como nietos, sobrinos, tíos, etc y pues sabemos que hay gente que cree que somos unos exagerados, pero cuando nos hacen comentarios de este tipo les decimos que solo nos entenderán cuando hagan parte de su familia a algún peludito.
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Y así termina la historia de mis hijos bellos, tal cual como lo mencione al principio se volvieron nuestra compañía, nuestros ayudantes de cocina, nuestros confidentes, nuestros hijos y los más hermoso es que todos los días nos enseñan una forma de amar especial con la gatonalidad de cada uno, nos respetamos espacios y tiempos, y siempre están presentes en momentos especiales de nuestras vidas; en estos días de cuarentena solo damos gracias a Dios por tener a nuestros protectores espirituales a nuestro lado, además que ha sido un tiempo valioso para conocer cada detalle que envuelve a cada bolita de pelos.
LOS HERMANITOS INSEPARABLES
By: Mile Mesa, Bogotá, Colombia.