miércoles, 29 de julio de 2020

La Sonriente Ramona


♫♫ Sonriente viene Ramona ♫.
♫♫ Por las calles de un lugar ♫♫
♫♫ ada ba da ba da da ba da ba da ba pa ♫♫




Esta historia incluye su propia banda sonora, y que mejor que Fruko y sus Tesos con su canción Los Charcos, para representarla. La letra narra un episodio de la vida de Rosario, la más bonita del barrio, ella va caminando por la calle, elegante, confiada y sonriente, así como lo hacen las personas que saben que son el centro de atención. Pero, de un momento a otro se desprende un aguacero, y la pobre Rosario al tratar de pasar por un charco pierde su zapato y cae, convirtiéndose en la burla de la gente. 



¿Y por qué esta canción me recuerda Ramona? Puede que no tenga ninguna relación, si se mira objetivamente, pero para mí y para aquellos que la conocimos tiene mucho que ver. Y sin el ánimo de ser pretencioso quisiera compartir este sentimiento.


Primeramente, me permito contar quién era Ramona y cómo la conocí. Ella era una perra criolla, un cruce entre Chao Chao y algún tipo pastor, mejor dicho, ¿recuerdan a Hachiko?, así era ella. Por desgracia, ella fue víctima del abandono de sus amos por ser ya un perro mayor. Pero no conformes con eso, la abandonaron el día más lluvioso de ese año, y no estoy exagerando.



La encontré en un parque cerca a mi casa, totalmente empapada y nerviosa, su rostro reflejaba miedo, su mirada era de alguien que no podía creer lo que le había pasado. No entiendo el por qué, y cómo lo hice, pero me acerque a ella, la acaricie y le puse el collar de mi perro. Esa noche se le consiguió dónde dormir, al otro día a un hogar de paso donde se quedó por una semana, y finalmente regresó a mí. Se suponía que conmigo se quedaría solo dos días, pero afortunadamente esos dos días se convirtieron en casi tres años



♫♫Galante luce su traje♫♫
♫♫Por las calles de un lugar♫♫


Con el tiempo ya no quedaba nada de esa perrita asustada que encontré bajo la lluvia, perdió esa mirada triste y se transformó en una gordita bonachona, siempre con una gran sonrisa, en conclusión, se convirtió en la más bonita del barrio. Su sonrisa era parecida a la del Samoyedo, pero con la diferencia que esta salía desde de su alma. Además, como la mayoría de los criollos cuando son rescatados, subió como cinco estratos.



Cuando Ramona salía a la calle, caminaba con su cola en alto, su sonrisa de oreja a oreja y luciendo orgullosamente su collar morado, pero eso era en los días normales, cuando le tocaba baño, la cosa era diferente. Sabía que estaba limpia, que olía a perfume y como si fuera poco le encantaba las pañoletas y las florecitas que le colocaban en la cabeza.


♫ ♫Mientras de arriba una nube
Su llanta de granizado
Torrecian para la gente
La niña pierde un calzado♫♫
♫♫Resbala y cae ♫♫
♫♫En los charcos del mercado♫♫



Pero esa elegancia, ese glamour, esa finura, todo eso se perdía cuando llovía. Era como si aquellos charcos le quitaran 11 años de encima. Aquella perrita considerada ya como un adulto mayor, se convertía en una cachorra juguetona, le encantaba caminar por los charcos y mojarse las patas. No le importaba si estuviera recién bañada, era su momento, era su espacio.


♫♫ Arrucutuplan arrucutuplan arrucutuplan ♫♫


Ramona se nos fue este año, pero nos dejó muy buenos recuerdos, disfrutó sus últimos años con alegría y rodeada de mucha gente, pero sobretodo nos dejó grabada esa hermosa sonrisa. 

♫♫ Sonriente viene Ramona ♫.
♫♫ Por las calles de un lugar ♫♫



By: Diego Sánchez, Bogotá, COL

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